¿Alguien pensó que el espíritu de Papuchi desapareció cuando murió hace un par de años?
Nuestro buen amigo Ernesto (perdón por el retraso), con un amplio curriculum en esto del amor, ha sido recientemente padre. Bueno... en realidad ya lo era hace más de veinte años, pero justo cuando podía estar esperando pasear a su primer nieto, sufre un ataque de vigor juvenil y decide convertirse en el nuevo Papuchi.
Desde el pasado mes de Enero 2007, Ernesto viene gozando de una segunda juventud. Para conseguirlo, Papuchi ha tenido varias parejas hasta encontrar la orma de su zapato en otro continente. Ese hijo multiracial, capaz de unir Uruguay con Albal, es fruto de una mezcla cultural única. Llegar a entender el significado de sefalopodo o sanguango por un lado y el acento uruguayo por otro no puede sino crear un vástago abierto de mente. Ya dicen los pedagogos que los niños con padres con lenguas diferentes desarrollan ampliamente la capacidad en idiomas. Bueno... no es que sean idiomas diferentes el que se habla en Albal y Uruguay, pero... casi (al diccionario me remito)
En cualquier caso, ese niño será no solo la alegría de sus padres, sino la de todo el departamento de Explotación, pues aunque la media de edad lleva progresión ascendente, con gente como Ernesto conseguimos que la media de edad (de espiritu) se mantenga estancada.
¡Enhorabuena!
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